
La
trama principal se basa en el viaje de César y un grupo de
compañeros para vengar una masacre que los humanos encabezados por
el Coronel cometen hacia los simios en su base matando a sus seres
queridos. Esta película concluye la trilogía que se inició con `El
Origen del Planeta de los Simios´ y sirve de precuela para la
archiconocida `Planeta de los simios´.
Dirigida
por Matt Reeves (Monstruoso,
Amanecer del Planeta de los Simios), guionizada por Mark Bomback
(Lobezno Inmortal, La Jungla 4,0 y Amanecer del Planeta de los
Simios). En estos aspectos técnicos no me quiero detener mucho
porque tanto la dirección como la fotografía y banda sonora están
bastante bien y
el uso del CGI es espectacular,
pero el guión no.
El
guión es un amalgama de películas de acción que si las unes no
tienen ningún sentido. La
Guerra del Planeta
de los Simios es
una copia vergonzosa de `Apocalypse
Now´
con un punto de road
movie y
una manada de simios que pasaban por allí. El primer y gran fallo es
querer parecerte a la mejor película bélica que se haya rodado
jamás, calcando de forma clamorosa el personaje del Coronel
Kurtz con el del Coronel
aquí (sí
no se han molestado en cambiar ni el rango militar),
solo que Woody Harrelson no es Marlon Brando y
su interpretación es muy mediocre, algo que me sorprendió después
de haber visto como se sale en Triple 9 y True Detective (entre otras
películas) en los últimos años. También me chirrió ver la
pleitesía que se le rendía al Coronel (sacada adivinad de que
película), cuando este personaje carecía de todo tipo de atractivo
o misterio. Y
tampoco funciona realmente como final de saga porque deja
interrogantes grandísimos que analizaré en la sección de los
Spoilers.
Las
actuaciones son malísimas y llevan a una confusión total, tan
solo hay que ver el papel de Gabriel Chavarría (el chico de la
ballesta) como
corrobora lo aquí escrito.
El único que se puede salvar es Andy Serkis (César) que hace otra
labor titánica otra vez interpretando a un personaje de CGI, aunque
creáis que está creado al 100% por ordenador todas las expresiones
faciales y movimientos son hechos por Serkis, de hecho él mismo creó
unas prótesis para reproducir lo más fiel posible el movimiento de
los simios.
La
duración es excesiva, son dos horas veinte de metraje, donde
verdaderamente una hora y media es entretenida y
el resto es relleno aburrido y lastra mucho el inicio y final
fulgurantes.
Al
fin y al cabo es una película palomitera que ni de cerca está entre
las mejores películas del año, al menos para mí. Llegando a decir
que no está ni entre las 5 mejores del mes de su estreno.
Debajo
del trailer está la sección de los spoilers.
Sección Spoilers
-El
tema de los monos encima de los caballos es casi de chiste. Un
caballo puede resistir hasta 130 kilos en su lomo, hasta aquí bien
porque ese es el peso en el que oscilan los simios que aparecen en la
película, pero que se lleguen a hacer persecuciones de orangutanes
(120 kilos) montados en caballos pues lo veo cuanto menos inverosímil
-
La película original está basada en el 3978, es decir unos 1950
años separada de esta película
lo
que me hace muy difícil figurarme que este sea el verdadero origen
del Planeta de los Simios. También está geográficamente separada
de la primera, ubicándose
ésta
en San Francisco
y la original en Nueva York. Haciendo así incoherente que la base de
los simios estuviera en la otra punta de donde se originó.
Esto
conlleva a que no sepamos como los monos inteligentes cruzaron 4700km
para enseñar el habla coherente a los otros simios. Porque
recordemos que César es el único que puede hablar de una manera
fluida y racional y este muere al final de la película
-Otro
gran fallo es la inclusión del mono del zoo, intentar
incluir un personaje de humor en una película seria, o que al menos
intente serlo, te saca completamente de la película si no está
bien construido, y en este caso no lo está.
-El
gran número de escenas sin sentido es apabullante, desde la niña
que al más puro estilo de Solid Snake se infiltra en una base
militar de alta seguridad, entrando por la puerta mientras era
apuntada con focos que pasaban de ella totalmente, con la intención
de dar de comer a César. O la huida de cientos de monos sin que
nadie se diera cuenta hasta pasadas varias horas.
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